Comportamiento sexual y embarazo durante la adolescencia en México
La ruptura con el comportamiento sexual tradicional que inició en la segunda mitad del siglo pasado dio pauta en los jóvenes a tener tanto una conducta sexual más libre como una cultura de comportamiento sexual más saludable.
Inicio de la vida sexual
La liga entre la emergencia del impulso sexual y una atmósfera socio-cultural sexualizada, tarde o temprano deposita al adolescente en la elección del inicio de su vida sexual. El resultado psicológico de la experiencia dependerá de un proceso complejo, dinámico y subjetivo, que implica modificaciones a nivel cognitivo, físico, emocional, contextual y psicosocial; en donde explorar el significado de la sexualidad es fundamental. No obstante, contraer infecciones de trasmisión sexual y embarazos no deseados siguen siendo consecuencias directas de una práctica sexual de riesgo que obliga a enfrentar dificultades emergentes: económicas, sociales y de salud.
En México, la edad promedio de inicio sexual se estima alrededor de los 15 años y se observa un incremento sostenido de la proporción de actividad sexual en la población menor de 19 años. En particular están en mayor riesgo de embarazos no deseados aquellos adolescentes con menor nivel de escolaridad, sin acceso a servicios médicos y que viven en poblaciones urbanas; pues menos de la mitad en su primera relación usan algún método anticonceptivo aun y cuando la mayoría tiene información sobre ellos.
Se ha identificado claramente que el embarazo en la adolescencia está estrechamente ligado al inicio de la actividad sexual antes de los 16 años de edad.
Embarazo adolescente
Tengo cuatro años de noviazgo y hace uno empecé a tener relaciones sexuales, pero no tomaba anticonceptivos… acudí al uso del condón y ahora estoy embarazada. No sé cómo manejar la situación con mis papás y el resto de mi familia…Estudiante de la ibero
Un embarazo durante la adolescencia obliga a realizar un cambio brusco en la biografía, pues el proyecto de vida deseado debe ajustarse a la situación o abandonarse. A diferencia de las mujeres que conscientemente planean su maternidad, las adolescentes que se embarazan no experimentan de manera uniforme la transición hacia la maternidad, pues deben enfrentar tareas triples: las propias del embarazo, las de la maternidad y las de la adolescencia. Dicha situación también impacta en quienes rodean a los adolescentes que se embarazan: a los hijos por nacer, a sus parejas, a las familias a las que pertenecen, a las que se integrarán y, en general, a la sociedad en donde viven.
Llama poderosamente la atención el bajo nivel de conocimientos de los estudiantes de educación media y media superior sobre biología de la reproducción, por lo que es importante añadir que si el embarazo adolescente se da en un marco psicosocial no problemático el resultado es similar al de los embarazos de mujeres mayores.
A pesar de lo anterior, el perfil de las mujeres adolescentes que están más expuestas a un embarazo a temprana edad o bien a infecciones de transmisión sexual parece reconocerse en las siguientes características:
- Son las más pequeñas cuando tienen su primera relación sexual.
- Es una relación sexual que no fue planeada.
- Bajos niveles de escolaridad.
- Poco conocimiento y uso de métodos anticonceptivos.
En contraparte también es importante señalar que los riesgos varían con la edad; las adolescentes más jóvenes experimentan los peores resultados de sus embarazos y partos. Además, hay que tener claro que en México el embarazo y la maternidad tempranos responden a un contexto económico, social y cultural, por lo tanto para algunos grupos poblacionales el embarazo durante la adolescencia responde a un contexto que valora en forma importante el hecho de ser madre y esposa, por encima incluso de otros proyectos de desarrollo individual donde la superación escolar es lo más importante.
Atención a adolescentes embarazadas
El diseño del abordaje del fenómeno del embarazo adolescente en nuestro país debe ser especializado para las diferentes poblaciones de adolescentes, pues al menos son dos los factores a tomar en cuenta en la sexualidad temprana de las mujeres mexicanas: por una parte, existe un número importante de mujeres que provienen del área rural y que tradicionalmente se han unido en pareja a edades más tempranas; y por la otra, en las ciudades el comportamiento de las mujeres es distinto, pues existe una mayor libertad sexual.
La intervención con las adolescentes embarazadas que se convertirán en madres debe ser multidisciplinaria pues regularmente la inmadurez física, psicológica y social que las caracteriza se asocia a un amplio repertorio de problemas psicosociales que le dificultan el desempeño de los nuevos roles que requiere para asumir la responsabilidad de organizar un contexto que favorezca la gestación y el desarrollo óptimos tanto de ella como de su hijo. Empero, la mayoría de las veces el escenario es que la adolescente cuenta con pocos apoyos sociales, pocos recursos económicos y un bajo nivel educativo. Todo ello hace que el embarazo y la maternidad durante la adolescencia supongan un verdadero riesgo psicosocial y que los bebés de estos adolescentes sean “los niños de los niños”.
Mtro. Edgar C. Díaz Franco
Psicoanalista
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