Estar bien Ibero

Síntomas psicosomáticos

Cuando el cuerpo enloquece

La pena que no se desahoga en lágrimas puede hacer llorar a otros órganos.
Henry Maudsley

Hablamos de síntomas psicosomáticos cuando una enfermedad orgánica es provocada por un conflicto psíquico, generalmente inconsciente; se refiere a las ocasiones como cuando estamos pasando por un momento complicado y difícil, cuando estamos tan desbordados por los acontecimientos que no podemos poner en palabras cómo nos sentimos o lo que nos pasa o incluso, a veces, no sólo no podemos ponerlo en palabra sino que ni siquiera nos damos cuenta de que algo anda mal. Es entonces cuando, al no poder hablar, sentir o llorar el conflicto psíquico, que nuestro cuerpo se manifiesta y escenifica el conflicto bajo la forma de enfermedades.

Síntomas psicosomáticos más frecuentes:

  • gastritis
  • colitis
  • artritis reumatoide
  • neurodermatitis (alergias)
  • hipertensión
  • asma
  • migraña
  • dolores de espalda
  • baja del sistema inmunológico

Los anteriores sólo son los síntomas más comunes, pero la baja del sistema inmunológico incluye también una amplia gama de posibilidades… ¿Quién no ha tenido una terrible gripa después de un período de fuertes tensiones o tristezas?

Ojo: el que sean enfermedades originadas por un conflicto emocional no quiere decir que no requieran atención médica, ni que nos enfermamos porque queremos o que el dolor físico no sea real; significa que además de lo médico hay que tomar en cuenta lo psíquico para lograr una mejoría duradera.

Consecuencias

Generalmente las consecuencias van a depender de qué tan frecuente sea la aparición de estos síntomas; mientras más seguido y con más intensidad se presenten, mayores pueden ser las lesiones generadas en el cuerpo y mayor el dolor y la desesperación por seguirnos enfermando. El no lograr hablar de lo que sentimos y no darnos cuenta del problema de fondo, puede irnos llevando al aislamiento, a dificultades para relacionarnos y en general a una falta de energía para hacer lo que tenemos que hacer, ya que toda nuestra energía (o la mayor parte) está volcada en los síntomas del cuerpo, en la enfermedad y no en la vida.

¿Cómo prevenirlo y tratarlo?

La mejor forma de prevenirlo y tratarlo es hablarlo y permitirnos sentir a pesar de lo doloroso que pueda ser en ocasiones. Suena relativamente sencillo, pero la realidad es que muchas veces estamos tan metidos en lo cotidiano que nos olvidamos de hacerlo. También ocurre que el dolor emocional es tan intenso que preferimos taparlo y tragárnoslo. Si nos tragamos las cosas, nos tragamos los enojos, nos tragamos las tristezas y el cuerpo acaba hablando, la panza nos pide ayuda bajo la forma de una crisis de gastritis o de colitis, por ejemplo…

A veces, hablarlo con los amigos o con la familia ayuda, pero no es suficiente, ellos pueden no ser objetivos o tener sus propios problemas y no entender del todo lo que nos pasa… Por eso, en estos casos sirve dedicar un tiempo y un espacio fijos para hablarlo, una terapia en donde nos acompañen y nos ayuden a procesar y tramitar a través de la palabra y no del cuerpo enfermo.

 

Marina Meyer

marinameyerojas@gmail.com

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