Estar bien Ibero

Desadaptación a la ciudad

“Siempre me emocionó vivir en la Ciudad de México y por eso decidí venir a estudiar aquí. Aunque sigo en contacto con ellos, me fue muy duro dejar a mi familia y a mis amigos. Pero creo que lo más difícil de todo ha sido acomodarme en la ciudad. Casi no conozco a nadie, no tengo nada que hacer en las noches, me cuesta trabajo moverme en la ciudad y no sé a dónde ir. Las clases me gustan, sí, pero aquí cada quien ya tiene su bolita de amigos y sólo se relacionan conmigo como “compañero”. Es horrible ser de los últimos cuando se forman equipos… Espero que todo esto sea temporal; aunque no puedo esperar a que lleguen las vacaciones.”

¿Te suena conocido? ¿Y este otro?

“El lunes empiezo las clases, la primera es a las 7, por lo que tengo que tomar el autobús de las 6; para alcanzarlo necesito levantarme antes de las 5 y que me lleven rápido de mi casa al “Caminante”. La última clase es la de una… espero salir antes para alcanzar el autobús de regreso a Toluca que sale a las 3 en punto. Y por si fuera poco, cuando me invitan a salir, siempre tengo que quedarme en casa de algún amigo y regresar a mi casa el sábado. ¡Claro!, si mi papá me deja y mi mamá controla su miedo a la inseguridad. Puedo ver a mis amigos de aquí pero… si me fui a estudiar allá quiero aprovecharlo igual que los demás.”

Viviendo en la frontera

Estudiar una carrera no sólo implica profundizar en una disciplina y campo de trabajo específicos, también requiere interactuar con compañeros dentro y fuera de la universidad, tanto en espacios académicos como en los de diversión; la experiencia universitaria la conforman todas estas interacciones.

La autonomía y la madurez que vas desarrollando, así como la consolidación de tu identidad, te van separando de ciertas costumbres, ideas y posturas con las que has sido educado. Esto ocurre de manera más clara con los padres, quienes pueden sentir que te alejas, que has cambiado, que te equivocas, que te extralimitas; mientras que tú puedes sentir que ya no perteneces a ese núcleo, que buscas otro tipo de actividades y que deseas conocer gente con estilos de vida diversos.

En el caso de quienes estudian en una ciudad distinta a la que crecieron, este proceso tan normal suele agudizarse, principalmente en la relación de separación con los padres y en los sentimientos de soledad que aparecen al estar obligado a ser autónomo y maduro. Lo que suele ser un proceso, de un día a otro se convierte en una cruda realidad.

Ventajas de la independencia

Evidentemente no todo es negativo: si bien atraviesas por un período de ajuste entre la separación de tu casa, de tus padres y la adaptación a costumbres e ideas distintas, la recién adquirida independencia favorece tus habilidades para relacionarte y para crear redes sociales de apoyo; también fortalece tu confianza y seguridad personal, lo cual te permite tomar mejores decisiones; y por si fuera poco, te permite organizar mejor tus tiempos, actividades e incluso tu dinero.

De cualquier manera, si consideras que este proceso te está siendo muy difícil de asimilar, si te sientes muy solo o triste, te sugerimos que compartas esta experiencia con alguien. Para ello puedes acudir con el tutor que te asignen en tu Departamento. Y sí lo que buscas es un servicio psicológico voluntario, gratuito y confidencial, acude al Clínica de Bienestar Universitario (CBU) y solicita una cita.

Clínica de Bienestar Universitario CBU.
cbu@ibero.mx

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