Al conformar una pareja, surgen muchas veces conflictos que pueden ser difíciles de enfrentar y resolver.
Muchas diferencias en la pareja provienen del hecho que cada una de las partes, trae consigo su propia experiencia de vida y cultura. Es decir, cada uno trae consigo su forma de resolver las cosas y de ver el mundo según lo aprendieron en sus respectivas familias o en el ambiente donde crecieron.
En la familia cada individuo aprende y experimenta cómo resolver dificultades y conflictos de acuerdo a como lo hicieron sus padres y quienes los rodeaban, así como la forma de expresar el enojo o la frustración.
Este tipo de actitudes aprendidas, suelen ser diferentes en cada familia y resultan comunes y normales dentro de la misma. Sin embargo son precisamente las que hacen difícil que haya un diálogo en la pareja, que les permita crecer juntos y resolver sus conflictos de una manera saludable.
La experiencia de vida también cuenta a la hora de formarnos una visión del mundo, lo que puede causar miedo o ser difícil para alguien, no lo es para otro, según haya aprendido a vivir con eso o no. Nuestras reacciones tienen mucho que ver con el mensaje que tengamos asociado con ciertos fenómenos, o bien, con la manera como aprendimos a interpretar la realidad que nos rodea, y por supuesto, los dos miembros de la pareja no siempre tienen las mismas experiencias.
Es claro entonces que el pasado de una persona (lo que aprendió de su familia, de su cultura o de su experiencia de vida) es muy importante para entender sus reacciones y sus formas de ver la vida. Por eso todas las parejas, deben interesarse en conocer el pasado, las raíces, la historia personal y los recuerdos de su pareja, para tratar de entender también qué huella han dejado estos en su vida y ser así poder entender al otro y ver que las diferencias en cada uno son las que nos convierten en sujetos individuales e irrrepetibles.
Todos podemos tener una manera de pensar diferente, sin que esto, necesariamente cause un conflicto. Nuestras actitudes ante las diferencias son las que determinan si éstas se van a convertir en un conflicto o no.
Poder lograr tener una relación de pareja libre de conflictos es imposible, sin embargo la posibilidad de construir una relación de pareja en el que ambas partes se sientan satisfechas, plenas y consigan crecer y enriquecerse mutuamente requiere de un arduo trabajo, de una buena comunicación, y del profundo deseo de compartir un proyecto en común.
Jacqueline Singer
Psicoanalista de adolescentes y adultos
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